Trova de Cabrales

 

Pasemos hacia Berodia,
donde no seré molesto
que ya dejó el gallo
mencionado en otro pueblo.
Sus vecinos son altivos,
tenorios y cotorreros,
levantados de capote
"ego sum" y tente perro,
fanfarrones y flautistas,
mucha bulla y cacareo,
muy fachendosos y filosofones,
de fachada hacer que hacemos.
En fin, todos son iguales,
pardo, blanco, malo y bueno,
en su casa son honrados,
pero cobran bien y presto.

Hay Blancos y no son Blancos,
hay Prietos y no son Prietos,
pues su esclarecida estirpe
en los años agareños
ha producido hombres grandes
y de honores tan sin cuento.
Lloran con harta razón
la desgracia que tuvieron
los vecinos de Berodia
y de todo este consejo
de haber perdido hace tiempo
un terrible literato,
un sin límites talento,
que deben de llorar siempre
la familia de los Prietos.
En mi apoyo busco y llamo
este Principado entero,
aunque tiene sus cenizas
dígalo la Gran Toledo.

Dejaré estas reflexiones
que en lugar de hacer provecho
causarán melancolía
a los más duros y tiernos ;
mas concluyo con decir
que, aunque bajo de este pueblo,
ya dejo mencionado su gallo,
procedí algo indiscreto,
lo mismo confío y digo
no acomodo, ni aun pretendo
que quede en nada agraviado,
porque este gran caballero,
por su estirpe y bondad,
su gran cuna y su talento,
no debe ser incluido
con estos otros galluelos,
pues no hay duda que esta casa
y sus venerables dueños
es amparo de los pobres,
su refugio y su consuelo.
Por las letras, por las armas,
y por todos los ministerios
han prestado a la nación
servicios, honra y provecho.

Así ha sido y será
en los siglos venideros,
como demuestra la fama,
sus honores tan sin cuento,
Dios proteja a esta familia
de tan nobles sentimientos.
El número de vecinos
que componen este pueblo
son atentos, son honrados,
son felices y son buenos,
y aunque este apellido
tiene su nido en Asiego,
en Asiego es apellido,
pero fáltales el serlo,
y los Buenos de Berodia
no es apellido, por cierto,
pero llámanlos así
porque tienen buenos hechos.

No me mueve el interés,
ni tampoco el parentesco,
porque mi primera cuna
no fue en este concejo.
Ignoro dónde nací,
yo siempre soy forastero,
pero conozco a las gentes,
sus costumbres y sus hechos,
de cuando fui militar
trepante de aquellos cerros.



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