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Manuel Niembro de la Concha en El Oriente de Asturias del 29 de diciembre 1895, nº 552.

COSAS DE CABRALES


He estado en el Ayuntamiento el jueves 19 del presente, a tiempo que los munícipes celebraban sesión. De uno de sus acuerdos he sacado la impresión que es objeto de éstas líneas, escritas a reiteradas instancias de los mismos concejales, los cuales, así como el Sr. Alcalde me garantizan su veracidad, en cuyo caso bien merecen ocupar un lugar en las columnas de EL ORIENTE DE ASTURIAS.

Hace algún tiempo ha venido a este concejo el Subdelegado de Medicina del Partido, ignorándose el objeto que aquí le trajo, pues si ha sido el propósito de ver "sobre el terreno", los efectos de la epidemia que por aquel entonces se enseñoreaba de estos pueblos, estudiar sus causas y medios de impedir que tomase tan aterrador incremento… si para eso fue aquel viaje, en su alto saber y gran penetración, se dio por sobradamente enterado y satisfecho con llegar a Carreña a las dos de la tarde del último día de octubre, hospedarse una noche en no sé qué fonda, donde, dicho sea entre paréntesis, sería tratado "como cuerpo de rey", a juzgar por la cuentecilla… y volviendo al siguiente día por donde había venido, sin haber visitado ni a un solo enfermo, a pesar de haberlos a docenas en casi todos los pueblos de su tránsito, ya que no quisiera imponerse la molestia de recorrer poco más de un kilómetro sin necesidad de abandonar los mullidos asientos del carruaje, y hacer presente sus propósitos al señor Alcalde en su propia casa —siquiera no fuese obligación suya— donde pudo haber principiado a ejercer los deberes que su misión le imponía, puesto que habría de hallarle al lado del lecho de sus hijos, enfermos del sarampión.

Lo que queda apuntado, fue durante algún tiempo objeto de comentarios y justificadas censuras por parte de cuantos eran conocedores del caso, no precisamente porque se esperase que ante la presencia del Galeno habían de huir los contagiosos gérmenes, ni se confiase en la eficacia de sus científicos conocimientos para contrarrestar los daños innumerables que causaban; queríase, como parecía de justicia y razón, que hubiese cumplido las órdenes del señor Gobernador civil al enviarle a Cabrales, pues es de suponer no sería solamente para que remitiese a la Alcaldía de este concejo, por conducto de la de Llanes, la siguiente cuenta, que es el único beneficio que de tal visita nos ha resultado:

  Ptas. Cen.
Honoriarios 50 "
Comida del 31 de Octubre en
el "Puente Nuevo"
5 "
Hospedaje en Carreña 19; 55
Alquiler de coche 50 "
Suma 124 55

El Ayuntamiento que estaba en ayunas de la razón de tal sinrazón —si no es en son de aguinaldo— acordó por unanimidad el negarse en absoluto a satisfacer la figurada suma, por cuanto nadie tuvo conocimiento oficial de su venida, ni ha hecho nada que toque pito con la epidemia reinante.

He cometido un gravísimo pecado.

Pecado del cual jamás podré consolarme.

Por que temo ¡ay! no me ha de ser perdonado,

No es de los que se mencionan en el Catecismo.

Es…

Perdóneme el lector.

Es un pecado de omisión.

He dejado de publicar en EL ORIENTE una noticia.

¡Ah!…

¡Oh!…

Don Ricardo Huerta, es Recaudador de Contribuciones.

Y tan Recaudador, que más no puede serlo hombre alguno.

Que conste.

Y quede satisfecho el interesado.

Y conste también mi enhorabuena.

¡No faltaba más!…

Manolo.

Diciembre 25 del 95.



www.concejodecabrales.com

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