Pequeñas Jornadas
VII JORNADA
4 de Setiembre de 1886

(…) Para ver, aunque sea a carrera de galgo, a toda Peñamellera, y por si no tenemos ocasión de visitar de nuevo esta accidentada y pintoresca tierra, tenemos la humorada de subir al pueblo de Oceño, el más alto del Concejo, el que desde su situación a la ladera Norte de elevada montaña nos brinda con su hospedaje. Se atribuye a Oceño origen celta, y acaso no vayan descaminados quienes así discurren, porque en sus cercanías se han encontrado hachas de piedra y otros objetos de uso entre los pertenecientes a aquella primitiva raza. Lo más notable en Oceño es su queso, idéntico al de los puertos de Cabrales con quienes tiene mancomunidad de pastos.

Al sur de la montaña en que se halla Oceño se nos presenta la antiquísima Villa de Tresviso, situada sobre una roca altiva y arrogante actitud, como que es sultana de aquel intrincado laberinto de montañas que la rodean. Apenas tiene 40 vecinos y constituye Ayuntamiento, y en sus términos se hallan las ricas minas de calamina y otros metales, más conocidas por minas de los Picos de Europa, en franca y abundante explotación.

Comprendemos la Villa de Tresviso en nuestra rápida marcha, porque en el año de 1820 se agregó a Asturias, de la que fue definitivamente segregada en la división territorial que se hizo en 1834, no obstante, todavía hoy, corresponde al obispado de Oviedo.

Molidos de tanto andar, ansiosos y necesitados de descanso, le encontramos en Arenas de Cabrales en cuyo Concejo penetramos por la carretera que desde Trescares se halla, gracias a Dios expedita.




www.concejodecabrales.com

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