Alan Lomax à Cabrales
Caminito de la fuente (II)

Manuel Otero.

—Vas a la fuente, a la fuente,
tan solita, tan solita.
Si quieres que te acompañe.
—Yo no quiero compañía...

porque me verá mi novio.
—¿Quién es tú novio, tan linda?

—Es el pastor más bizarro
que hay en esta cercanía.

—¿Pero quieres a un pastor,
una zagala tan linda?

—Yo para pobre nací,
yo no quiero ser rica.
Si en el querer consistiera,
qué dicha sería la mía.

—Para tus manos blancas,
una salada sortija,
y tú, como no la traes,
puedes probarte la mía.

—Por probar nada se pierde,
me está muy bien y justita.
—Pues guárdala para ti,
que tengo en mi joyería
más de cincuenta y con esa
borradas en plata fina.

—¡Qué noble es el caballero!
—¡Qué encantadora es la niña!
El caballero y la doncella
Para la fuente caminan.

Y el pastor que lo está viendo,
estas palabras decía:

—El que se halle probe y solo
no busque la mujer bonita,
que a la puerta del querer
viene el rico y se la quita.

Que a la puerta del querer
viene el rico y se la quita.



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